lunes, 26 de mayo de 2014

La fábrica de imágenes (sesiones 5 y 6)

Vídeo-arte

El Vídeo-art es un movimiento surgido en los años 60 del pasado siglo en Estados Unidos y Europa, por medio de artistas que utilizan los nuevos medios electrónicos audiovisuales. Desde entonces han experimentado con las distintas tendencias vanguardistas del momento, como fluxus, el arte conceptual y el minimalismo. Quizás el creador más conocido en este campo sea el neoyorquino Bill Viola. Sus preocupaciones giran alrededor de la conciencia y experiencias humanas, como el nacimiento, la muerte, el amor, las emociones y otros sentimientos espirituales similares. Su carrera está influencia por un profundo interés en tradiciones místicas, especialmente la filosofía Zen, la mística cristiana y el sufismo, en paralelo con el arte medieval y renacentista, que han influido en la estética de sus obras. Su producción engloba la vídeoinstalación, el body art y la perfomance. Os dejo con este vídeo que expone la simbología de la vida humana a través de los cuatro elementos: Tierra, Aire, Fuego, Agua:


Bill Viola, Martyrs (Earth, Air, Fire, Water), 2014


En esta sesión hemos trabajado las distintas conexiones entre la palabra y las nuevas artes visuales. Se trata de elaborar textos a partir de imágenes, invirtiendo, por así decirlo, el proceso de inspiración que sigue Bill Viola en su trabajo. Para ello hemos tomado como referencia el vídeo titulado The dreamers, 2013:


 Bill Viola, The Dreamers, 2013


EJERCICIOS DE ESTILO

Texto base (hemos suprimido la vocal a)
 
"Desperté en medio de un lúgubre sueño. Creí percibir el susurro del polvo descendiendo desde el techo sobre los objetos: el espeso cobertor, el espejo enmohecido, el roto sillón rojizo y el deslucido suelo sucio y oscuro. Después oí el quejido nocturno del viento y pude sentir todo el peso del cielo plomizo como un enorme puño gris, oprimiendo los muros del edificio. Recordé el momento en que registré mi nombre en este hotel de Londres. Luego cerré los ojos y dormí, dormí de nuevo, dormí un sueño profundo…"

De acuerdo. Comencemos ahora todo un juego de variaciones partiendo de este texto y alterando su sentido. A la vez trataremos de crear imágenes acordes con el sentido del texto y sus diversas variantes.


Variación 1 

"De repente me desperté de un sueño aterrador. Me pareció ver el polvo cayendo desde el alto techo sobre los viejos objetos: el enorme edredón, el espejo cubierto de una verde  capa de moho, el desgastado sillón color escarlata y el parqué sucio, ennegrecido y sin  brillo. Tras esto oí el singular sonido del viento y pude percibir todo el peso del cielo de la  noche, como un gran puño grisáceo, presionando las paredes del edificio. Pude recordar  el instante en el que di mi nombre en este hotel londinense. Después cerré los ojos y  volví a mi sueño."


 Variación 2 (sin a y avanzando en el argumento)

El Sol se presentó de nuevo y con él me desperté de mi sueño en el mismo hotel; mis ojos volvieron sobre los sucios muebles. Sorprendido, creí percibir como un rumor próximo, proveniente de un ser, no sé si de mi misma especie. No noté ningún dolor o mordisco en mi cuerpo. Tuve miedo, mucho miedo. Decidí correr por el sucio y oscuro corredor. Escuché el viento, crujiendo sobre un pequeño roble del bosque vecino. Entré por un portón que me condujo por un túnel. En  el túnel divisé un sillón donde contemplé el contorno de mi verdugo: ¡él fue quien me secuestró! El extraño señor vino y me incrustó un cuchillo. Todo se consumó. Con mi muerte, mi enemigo fue feliz, cumplió su objetivo. 



Variación 3 (posible comienzo de la historia) 

"Un buen día de otoño iba yo paseando. Me dirigía al quiosco en busca del periódico, como todas las mañanas. Llegué a la calle Trinity donde divisé una peligrosa  manifestación en la que los participantes se estaban agrediendo. Decidí tomar otro rumbo. Pasé por la calle del Dragón. La verdad es que tenía un poco de miedo, pues por esa calle solía pasar gente conflictiva a causa de la droga. De repente, creí oír unos pasos detrás de mí. Aceleré la marcha, pero noté la mano de un hombre desconocido sujetándome. Me puso sobre el rostro un pañuelo empapado en un oloroso líquido; entonces sentí un profundo cansancio, al momento caí dormido." 


Variación 4 (la historia se construye matizando todo lo anterior)

"Una tormentosa tarde de primavera, iba yo en mi coche. Trataba de devolver el periódico, pues me habían vendido por equivocación uno del día anterior. Pasé por la calle Trinity. Estaba desierta. Llegué al quiosco, devolví el periódico y me fui a casa. Por el camino me encontré a un amigo. Tras una interesante charla, acordamos ir a tomar unas cuantas copas al lujoso bar del Gran Hotel Mary Gold. Entramos en el hall charlando tranquilamente. Pude percibir el aroma a lavanda que desprendía el líquido con el que habían fregado el suelo. Los muebles y los espejos relucían. Pensé que las señoras de la limpieza estarían tan orgullosas de su trabajo como hartas de su oficio. En la recepción había un gran silencio. Sin embargo, no dejaba de pasar gente por allí. Un señor abrió la ventana. Pude sentir la agradable brisa proveniente de la piscina. Antes de dirigirnos al bar, me detuve previamente para registrar mi nombre en recepción. Pensaba en venir algún fin de semana próximo con mi esposa. Cuando nos acercamos a la barra comenzó a oscurecer. 
Después de algunas copas, pagamos y fuimos a dar una vuelta. Nos detuvimos junto a unos carteles que anunciaban una fiesta esa noche a las diez. Decidimos echar un vistazo. Subimos por unas escaleras y llegamos a la azotea. Para mi sorpresa, allí se encontraba mi mujer. Estaba enfurecida. Se acercó a mí y me cogió de la oreja para llevarme de vuelta a casa."


©Textos: Francisco Parrado Martínez.
©Imágenes: Juan Enrique López Milán y Daniel Fuentes Martínez)



Esta historia es muy simple aunque hubiera podido ser muy complicada. También está inconclusa, porque este tipo de historias no tiene un final
(Roberto Bolaño)



jueves, 8 de mayo de 2014

La Analogía (sesiones 3 y 4)

Según el diccionario, la analogía es la relación de semejanza entre cosas distintas. Pero en poesía —y en buena parte del arte contemporáneo— esa relación de semejanza se nos presenta velada, invisible a simple vista. El poeta/artista a menudo se limita a detectar y aislar esas "cosas distintas" sin señalar las relaciones de identidad que existen entre ellas. Para que la analogía actúe y se produzca la chispa de sentido, es imprescindible la intervención activa del lector/espectador.
Así, el receptor de poesía y arte contemporáneos ha abandonado su papel de agente pasivo por el de coautor del objeto artístico. Fotógrafos, poetas, cineastas, vídeoartistas y grafiteros han convertido la capacidad del receptor para crear analogías en el fundamento de su trabajo.
Lo visible, la realidad, puede interpretarse como un extenso campo de conexiones poéticas esperando a ser descubiertas. Este taller pretende demostrar que, más que un talento o una destreza, la literatura, la poesía, el arte son una cualidad de la atención. Para ello, se ofrecerán ejemplos y estrategias orientados a interpretar la realidad —ya sea artística o cotidiana— en clave poética. 


Luis Buñuel - Un perro Andaluz (1929)
¡
No os confundáis! No se trata de lastimaros los ojos, sino de abríroslos. En este famoso ejemplo fílmico, salido de la imaginación del cineasta Luis Buñuel y el pintor Salvador Dalí, el corazón de la analogía palpita en las imágenes 3 y 5
.

Dedicaremos estas sesiones a descodificar e interpretar los mensajes menos explícitos con algunos ejemplos.  ¿Qué tal estos poemas visuales de Joan Brossa?

Joan Brossa, Sense atzar
  
Siguiendo el imaginativo ejemplo de Brossa, algunos alumnos han compuestos sus propios poemas visuales. Os presentamos dos de ellos:




©Cristina Herrería González, Sentimiento del tiempo
© Cristina Herrería González, Poema visual I


El efecto Kuleshov es un fenómeno del montaje cinematográfico demostrado por el cineasta ruso Lev Kuleshov en la segunda década del pasado siglo. Kuleshov filmó una secuencia de imágenes en la que se intercalaba una toma del actor Iván Mozzhujin con un plato de sopa, un ataúd y una niña jugando. La audiencia ante la que se proyectó el experimento fílmico en los años veinte creyó percibir que la expresión de Mozzhujin cambiaba en cada secuencia (apetito ante la sopa, lascivia en relación con la visión femenina, tristeza frente a la niña muerta), cosa que en realidad no ocurre, pues el plano del actor es único, solo que intercalado, mediante el montaje, con las otras escenas. La lección de Kuleshov consiste en hacernos ver que la manipulación del contexto puede alterar la percepción de la audiencia sobre la expresión facial del actor a través de pensamientos y sentimientos, alterar las percepciones a través de la creación de expectativas. Kuleshov demostró así, además de la importancia del montaje como sintaxis fílmica para impulsar definitivamente la narratividad del lenguaje cinematográfico, otro hecho todavía más significativo para nuestro taller: allá dónde miremos continuamente estamos dotando de significados a la realidad, cifrándola y descifrándola. Avanzamos por ella como a través de un bosque de símbolos. 



Todo mundo poético se configura como un depurado software de imaginación, inteligencia y sensibilidad. Pero para captar los fragmentos de realidad, para atraerlos hasta el campo magnético de la página en blanco, hace falta un poderoso hardware de antenas analógicas y eficaces imanes que llamamos metáforas, símbolos, imágenes, símiles…


© Joan Brossa